"Una pantalla de 20 metros de altura y 500 personas reaccionando a la película. No hay nada igual a esa sensación."
Michael Mann es uno de los mejores directores y con más repercusión del Hollywood contemporaneo. Aquí empiezo el repaso a la filmografía de este brillante director, sobretodo en el ámbito del thriller y de la acción.
El versátil cineasta de Chicago ha ejercido de guionista, productor, director, director de fotografía, ha hecho muchas de sus bandas sonoras y en ocasiones de operador de cámara.
Mann posee un estilo muy propio. En la mayoría de sus películas los protagonistas son hombres solitarios, tenaces y con valores morales definidos, aunque muchas veces no convencionales o criminales. El director suele cuidar especialmente las atmósferas y las grandes ciudades suelen ser casi un personaje más en sus películas; en ese marco consigue transmitir un grado de intimismo a primera vista imposible; los guiones están muy cuidados.
Usa mucho los colores para narrar sus películas, al igual que música alejada de las tradicionales bandas sonoras y cercana al pop/rock ambiental.
Mann se enamoró del cine nada más ver el film de Kubrick, Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb (titulada incomprensiblemente en España como Teléfono rojo, volamos hacia Moscú, 1964). A partir de entonces estudió cinematografía en el London's International Film School. Sus primeros pasos fueron destinados hacia los cortometrajes y el mundo televisivo. Hacia finales de la década de 1960, Mann realizó su primer cortometraje titulado Insurrection (1968); trabajo de fin de carrera que después le llevó a realizar el corto llamado Jaunpuri (1971). Este recibió el premio a mejor cortometraje en el prestigioso Festival de Cannes.
A partir de 1972, el cineasta de Illinois vuelve a Norteamérica a iniciar una carrera en la industria cinematográfica. Empieza como guionista de famosas series policíacas de la época como Starsky y Hutch, Vega$, Police Story y dirigió un episodio de Mujer policía. Como se puede ver en estas producciones televisivas, desde el principio el género de Michael Mann fue el thriller; ahí forjó su técnica y su particular e intenso estilo narrativo, donde el ritmo jamás decae. Y quizá porque él conoce ese don mejor que nadie, muy pocas veces se ha aventurado por otros derroteros. Tras volver a casarse, realizó su primer largometraje, pero para la televisión, The Jericho mile (Hombre libre, 1979), paradójicamente contrario a su peculiar estilo. Se trataba de un drama deportivo protagonizado por Peter Strauss (el hermano rico de Nick Nolte de la mítica serie Hombre rico, hombre pobre).
Comienza la década de los 80 y este cineasta finaliza su primer film para la gran pantalla. Ladrón (Thief, 1981) protagonizada por James Caan marca un inicio en su peculiar estilo del thriller.
Este film participó en la sección oficial Festival de Cannes compitiendo por la Palma de Oro. Mann nos muestra en su ópera prima lo que marcará su filmografía. Gran capacidad de narración, creación de atmósferas inquietantes y un estilo visual muy marcado. Estas son características las desarrollará con mayor éxito en futuras producciones.
Mann nos muestra a Frank (James Caan), un ladrón de joyas que pretende dar su último golpe e evadirse de la vida criminal con su mujer. El elenco está muy bien escogido, sobresaliendo entre ellos el protagonista. Un incomensurable Caan que no hace falta presentaciones. Se come la pantalla, uno de los grandes actores que ha dado Hollywood. Vemos un James Belushi (Superagente K9) en su primer papel importante y entre otros a un futuro clásico de los films de polícias o gángsters como es Dennis Farina.
Mann produce, dirige y escribe el guión de Ladrón. El guión está basado en el libro de Frank Hohimer The home invaders. La música marca de la casa corre a cargo del grupo alemán Tangerine Dream. Los films de Mann huyen siempre de la banda sonora tradicional. Sino que muestran un pop-rock ambiental y también eléctrico; con similitudes a Vangelis y Jean Michel Jarre para poner ejemplos que le suenen al lector.
Se nota que es un film primerizo por los medios tanto tecnológicos como económicos. Pero el cineasta de Chicago muestra un talento excelso al mando de la cámara. La mayoría de las escenas suceden de noche. Es ahí donde el cineasta se siente cómodo y rueda sus mejores secuencias. Hace uso de una historia clásica, tópica y muy manida para mostrarnos algo nuevo. En medio de la inmensidad de la gran ciudad nos muestra el intimismo y soledad del ser humano. Es un film muy conciso (mezcla con precisión la vida personal con la laboral del protagonista), pero no tiene la retórica ni el efectismo de algunos de sus obras posteriores. Nos muestra al criminal (ladrón) con una ética y sentido del honor que mostrará posteriormente. Frank es un preludio del ladrón de guante en blanco de Heat (1995) que interpretará Robert de Niro. Este viene a engrosar la galería de personajes típicos de las películas de Mann, el hombre solitario cuyos motivos, convicciones, decisiones y acciones terminan por aislarlo más.
Un punto negativo en su contra es que el final da la sensación de ser muy atropellado. Uno tiene la sensación de que el hiperrealista y veraz Mann se ha dejado llevar por el surrealismo. Pero claro estamos ante un homenaje al maestro Peckinpah. La última escena del tiroteo a cámara lenta, con las balas volando a doquier y la sangre a chorretones es un claro guiño hacia el maestro de la violencia sin tapujos.
Definitivamente, el director crea un thriller muy bien hilvanado que entretiene y hace disfrutar a la par que nos muestra algo más que una simple película de acción. Film interesante (6'5 sobre 10).
Mann proseguirá su carrera dos años más tarde con un film atípico en su forma de hacer cine. Pero esto se tratará en el próximo post. Saludos cinéfilos.
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