sábado, 29 de enero de 2011

Balada triste de trompeta; bizarro espectáculo

" Dónde está la madre? " (Javier)

Alex de la Iglesia llevaba ya unos añitos empeñándose en un proyecto muy personal alrededor de la Guerra Civil y sus consecuencias en el devenir del pueblo español. El director bilbaíno inició su andadura en el cine español con Acción mutante (1993), obra prima de carácter bizarro y con un humor zafio y muy personal. El mismo de la Iglesia escribió el guión y demostro tener un gran poder para narrar imágenes en la cámara. Eso si todos sus posteriores films, escribió los guiones siempre con la fiel colaboración de Jorge Guerricaechevarría. En Balada triste de trompeta lo firma en solitario; el director demuestra que le falta capacidad para atar un guión sólido y sin espacios en blanco entre sus tomas. El cineasta recupera el tono perdido con sus últimos films como 800 balas, Crimen ferpecto o Los crímenes de Oxford.
Dicho esto el film nos presenta un tema delicado como fue el enfrentamiento entre gentes de un mismo pueblo y la posterior periodo final de la Dictadura franquista. No se me caen los anillos que es uno de las obras que mejor representan la España de esos tiempos.



Payasos homicidas
El film empieza de manera brillante con unos payasos de un circo reproduciendo el número de payaso tonto (Segura) y payaso triste. En medio de la función aparece un capitán (Fernando Guillén) con sus milicianos republicanos alistando gente para combatir al bando nacional. Estas tomas son una muestra de la estupidez del bando republicano y lo denostante que llega a ser un conflicto bélico.
A continuación los títulos de crédito más impactantes que servidor ha visto este año en nuestras pantallas. Mezclando imágenes de Franco, Hitler, Massiel y conflictos bélicos y una excelsa marcha militar -compuesta para la ocasión por Roque Baños- produce una sensación de estar ante algo importante y de mucha valía. La acción transcurre entre la infancia de entreguerras de Javier (Carlos Areces) y su madurez como integrante de un circo de Madrid en los días finales del franquismo. El film se centra en esta última parte. Es curioso pensar como hubiese quedado si el director hubiese centrado la obra solo en la Guerra Civil. La puesta en escena está muy conseguida. La escena de lucha entre el bando nacional y el republicano pone los pelos como escarpias. Payaso tonto con un sable en mano decapitando soldados a su paso no tiene precio. Esos compases se asimilan a films como 300 (Zach Snyder) o El laberinto del fauno (Gullermo del Toro).
Una vez en el circo y en edad adulta, Javier acaba realizando su sueño de payaso pero no como su padre de payaso tonto sino de payaso triste. En el lugar de payaso tonto encontramos a Sergio (A.de la Torre) que rivalizará con él por el amor incondicional de la trapecista (Carolina Bang). A partir de aquí, el film ofrece muchas lagunas; alternamos escenas potentes como el chiste de Sergio -con el posterior sarcasmo (sin querer) de Javier- y  por el contrario, tomas en las cuales los saltos narrativos son amplios y parece que por momentos haya escenas inconexas unas y otras.

Elogio del exceso
Balada triste de trompeta es trágica. Pero también es cómica. Y violenta. Y amarga. E histriónica. De hecho, casi todos los adjetivos del vocabulario le sientan bien a esta película que alcanza el cielo y el infierno muchas veces en la misma secuencia y alguna otra, en el mismo plano. Y contra lo que pueda parecer, esto no es malo. Esto es lo que la hace grande. Al igual que anteriores retratos de la aberración o de lo monstruoso como ‘Freaks’ o El hombre elefante (The Elephant Man, David Lynch, 1980), las medias tintas no existen. La poesía comparte plano con el horror, y el amor con el crimen.
Todo esto está contado por la vía de la exageración, de la deformidad, del exceso y la repetición. Imágenes tan patéticas y tiernas como su conversación con el mismísimo Raphael —similar a los diálogos de Christian Slater con el fantasma de Elvis Presley en Amor a quemarropa (True Romance, Tony Scott, 1993)—. Tours de force tan icónicos, redundantes y barrocos como el final en el Valle de los caídos, convertido en mazmorra gótica donde se mezclan las calaveras de los que murieron por los dos bandos con la sangre de los vencidos que levantaron el ominoso mausoleo y con las fieras del circo que también han ido a parar allí, así como todos los protagonistas de esta barbarie de película, de estos fotogramas sucios e imperfectos, de este celuloide abigarrado y genial. Porqué como dicen en determinado momento del film la muerte une mucho.
Ferviente adorador del cine de Hitchcock, el cineasta siempre dota sus films de un clímax final. Sin embargo como en la mayor parte de sus obras este carece de poderío. Está bien conseguido pero roza el exceso más exagerado. Pero de eso se trata en este caso, risas negras y brutalidad por doquier. Es el díptico de la dos Españas, destruidas por la guerra, el odio y el amor. El surrealismo cruel de Berlanga, la risa macabra de Buñuel, la picaresca del Lazarillo... 
De la Iglesia solo le ha puesto nombre a todo ello en imágenes.
Quizás no sea su mejor filme como algunos proclaman pero si se acerca a obras magnas de su filmografía como La comunidad (2000) o El día de la bestia (1995). Las actuaciones son portentosas sobretodo de la dupla Bang/de la Torre. Santiago Segura también demuestra ser un secundario muy válido mientras esté callado porqué sino cae en sus clásicos clichés. 
Tarantino no se equivocó; es un film con un humor muy negro y no creo que hubiesen favores de por medio en la Mostra Venezia.

Conclusión
Por el estilo marcado de esta obra cinematográfica creo que se la adorará u odiará. Está bien que el cine cree polémica y diferencia de opiniones. Recomendado encarecidamente a los seguidores habituales del cine del director bilbaíno. Este maneja los excesos visuales con garbo y soltura pero la falta un punto para conjuntar ciertas partes de la obra. Una muestra de cine español diferente -que no se casa con nadie- al que tenemos acostumbrado por un personaje diferencial en el panorama cinematográfico de este nuestro pais. Lo más bizarro de este señor desde su ópera prima. Espero que arrase en los Goyas con sus numerosas nominaciones.
Calificación: 7 sobre 10.

P.D. Aquí les dejo un link de la canción de Raphael (curiosa, simpar e patética a partes iguales) que da título al film: http://www.youtube.com/watch?v=Ipi9pFoIMS0

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