viernes, 2 de julio de 2010

Sleepy Hollow; El guerrero sin cabeza



Tim Burton allá por finales de los 90 se embarcó en un proyecto muy particular basado (muy libremente) en un cuento de terror sobre un caballero sin cabeza: La leyenda de Sleepy Hollow, escrita por Washington Irving y convertida en todo un clásico en Estados Unidos.

El rodaje de Sleepy Hollow (1999) está ubicado en parajes próximos a Minnesota. La ambientación es muy burtoniana donde predominan los colores oscuros y todo denota un aire muy gótico. El director norteamericano cuenta con un gran reparto en liza, principalmente muchos de sus actores habituales (Christopher Lee, Michael Gough, Christina Ricci) y su actor fetiche por antonomasia: Johnny Depp. También participan Michael Gambon, Jeffrey Jones, Ian McDarmid y Christopher Walken. El guión está muy bien elaborado por un artesano en la materia Andrew Kevin Walker, guionista de esa obra maestra que es Seven (1995) y de títulos de renombre como Asesinato en 8mm (8 MM) o The Wolfman de reciente estreno. Cabe decir que el film fue producido por el gran Francis Ford Coppola, en otro más de sus proyectos con buen ojo comercial. El film fue un gran éxito mundial y le permitió a nuestro querido Burton realizar un proyecto de gran envergadura; el remake de El planeta de los simios. Pero eso es arena de otro costal.


Olor a cuento

Desde el inicio el film se centra en esa ambientación tan oscura de Burton, con esa manera de contar las historias muy propio de los narradores de historias de terror y fantasía del siglo XIX, al estilo de Edgar Allan Poe por nombrar a uno.
Este film juega en la división de las buenas historias, no es una obra magna pero desde luego es una obra importante. No intenta adoctrinar o crear cátedra pero si provoca una emoción muy valiosa en el celuloide: entretener. Este film entretiene y mucho, desde los prohombres de Sleepy Hollow con su doble moral hasta las escenas muy logradas del caballero sin cabeza logran su cometido. El diseño artístico y de vestuario te situa allá hacia finales del siglo XVIII. El pueblo parece sacado de las peores pesadillas de cualquiera de nosotros: las casas tétricas, la iglesia puritana, los bosques estremecedores...
Los personajes que cualquiera diria que salen de un cómic dibujado por el propio Burton están muy bien caracterizados, el pueblo y sus gentes llegan a ser macabros.
Todo eso confluye para que el film mantenga ese aire de leyenda, de historia sobrenatural sacado de una historia popular, en definitiva, de un cuento.
Las imágenes como están narradas en el film son muy oníricas. Crean sensación de irrealidad pero estamos en un cuento macabro de una historia macabra.


Ingeniería burtoniana
El policía interpretado por el señor Depp nos deja muy buenas sensaciones. Primero interpreta al típico detective que resuelve cualquier misterio para posteriormente convertirse en un investigador de ultratumba. Ichabod Crane (Depp) te sumerge dentro la trama a cada escena. Sus métodos y su moral científica crean confusión en la comunidad de holandeses emigrados al nuevo continente. El director se encuentra con un Depp en estado de gracia haciendo un gran papel como tiene acostumbrado siempre que se centra en ello. La asociación Depp-Burton funciona especialmente en este obra, no se puede decir lo mismo al largo del recorrido de este binomio.
La historia perfectamente elaborada aporta unos flashbacks muy cinematográficos que nos muestran la infancia del protagonista. Ello ahonda en la repulsión del personaje de Depp hacia lo religioso y el fanatismo de ciertos credos. En el papel de joven enamorada tenemos a Christina Ricci, encasillada en los papeles de chica "rarita" mística (desde la Familia Addams pasando por Casper, entre otros films) en los cuales se desenvuelve a la perfección.

El contrapunto del protagonista lo encontramos en Christopher Walken. Actor que siempre que sale a la palestra cumple, aunque últimamente se dedique a hacer films de tres al cuarto. Con solo 10 minutos de escena atemoriza al espectador y provoca repulsión. Un ser de ultratumba que provoca muerte por doquier que persigue su venganza a toda costa. Las apariciones del jinete siempre son inquietantes y rodeadas de suspense, sobretodo las del inicio de la obra.
Walken, gran secundario que para mi ya es un clásico de la escena norteamericana.

La banda sonora realizada por Danny Elfman, habitual colaborador de Burton, enmarca el film dentro de esa estética terrorífica y gótica. Sleepy Hollow nos muestra esa mezcla de fantasía con humor muy gore, al estilo de clásicos contemporaneos (léase la trilogía de Posesión infernal (Evil Dead, 1981). La sangre está presente en todo el film pero se utiliza como elemento sarcástico. Se cercenan cabezas pero las situaciones que se producen implican una leve sonrisa en el espectador. Aquí se encuentra el equilibrio justo entre terror gótico y dosis de humor negro a partes iguales.
La trama del film es sólida pero hacia el final del film se encuentra uno en que todo va demasiado forzado y las muertes se precipitan una detrás de otra sin mucho sentido lógico. Ahí la película pierde un poco de fuelle pero se recupera con esa final tan tragicómico para la madrastra de la enamorada de Depp.
El film envejece muy bien, reconozco que tenía muy buena impresión de la última vez que la vi pero una vez revisionado salgo encantado de sus efectos especiales y su aplicación en el desarrollo de este. Solo son 11 años de diferencia pero com avanzan los apartados técnicos en el cine es un punto a favor de la obra de Burton.


Conclusión
Este film es sumamente recomendado para seguidores de la filmografía de Burton, amantes del cine fantástico y seguidores del gore con un toque de humor negro.
Obra cinematográfica bien hilada con un buen argumento que mantiene la tensión desde el primer minuto hasta el último.

Con poco más de 1 hora y media entretiene y de sobras, para que luego digan que es difícil hacer films menores a las 2 horas. Forma parte junto a la dupla Batman 1 y 2, Big Fish y Mars Attacks de lo más granado del cineasta de California.
Puntuación: 7 de 10.




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