viernes, 6 de enero de 2012

El rey león; relato maestro

"Hakuna matata, vive y deja vivir"
Ciertos géneros son maltratados en esto del cine. En mi mente aparecen rápidamente el terror o la animación. Parece ser que una obra buena de estos géneros haya de hacer más méritos para superar a los manidos dramas o romances. El cine de imagen no real -la animación- es una hija bastarda del cine y parece relegada a un segundo puesto porqué está destinada al público infantil, pero yo la pongo en el mismo escalón.  
El rey león (The lion king, 1994) es un ejemplo de lo expuesto aquí. La todopoderosa corporación Walt Disney quiso realizar su primera producción sin humanos de por medio. El film no dejaba de ser una adaptación de Hamlet de William Shakespeare trasladado al mundo animal.

La Disney empezó la  producción de este nuevo film ambientado en la sabana africana, después del gran resurgimiento de la compañía después de muchos años estancados tras el éxito de crítica y público que significó La bella y la bestia (The beauty & the beast, 1991).

¿El león plagiado?
La producción de "El rey león" contó con una gran plantilla en todos los aspectos. En el reparto actoral destacan Jeremy Irons, James Earl Jones, Nathan Lane, Rowan Atkinson o Whoopi Goldberg. No obstante, siempre me he opuesto a la contratación de estrellas consolidadas del celuloide en el doblaje de cine animado. Hay gente con muy buena voz y entonación para darle igual o más carisma a un personaje animado que un actor de cine de acción real. Para muestra este botón, el rey Mufasa, padre de nuestro protagonista, está mucho mejor interpretado por nuestro doblador patrio, Constantino Romero, que no por James Earl Jones (un buen actor).
Los dos directores -Roger Allers y Bob Minkoff- parieron su mejor film a años luz vista su filmografía posterior.
En el apartado técnico tenemos un gran equipo de guionistas que fabricaron un gran relato -más de 25 personas en los créditos-, los fantásticos animadores de la factoría Disney y un buen compositor -joven y talentoso por aquellos tiempos- como el alemán Hans Zimmer que se consolidó en la industria norteamericana.

El film presentó un gran problema antes de su estreno. La acusación de plagio procedente de Japón fue un contratiempo. Una obra anime de los 60's, Kimba, el león blanco (Kimba the white lion, 1965) fue la causante de la problemática. Bien es cierto que la Disney copia ciertas escenas del film del Dr. Tezuka pero no es un plagio en el sentido que yo lo entiendo (véase la Psicosis de Hitchcock y la de Gus Van Sant para entender un plagio). Hay ciertos personajes similares y pasajes pero el argumento y el mensaje principal difiere totalmente del propuesto por Disney. En la cinta japonesa el ecologismo y el respeto por los animales es la norma, en cambio en la cinta estadounidense es una simple transmutación de los animales de la jungla. Los animales sirven para contar una metáfora sobre el ser humano: la maldad, la amistad, el amor, la lealtad, la codicia, la traición... En fin todo lo que conlleva experimentar la vida de ser humano.
Una cosa estoy de acuerdo en los detractores de "El rey león" y es que tenía que haberse nombrado como remake del film japonés porqué tiene referencias suficientes para considerarla tal. Para muestra este enlace:
http://www.kimbawlion.com/rant2.htm

El león que quería reinar
La película que nos ocupa tiene grandes dosis de épica, de humor y de drama, sin olvidar los típicos toques musicales de la factoría Disney. No soy muy amante de la fanfarria que conlleva este coloso del entertainment norteamericano. Léase malos malosos, buenos buenísimos y los típicos secundarios cómicos con moralina incluida. Hay que adoctrinar a los niños desde pequeños. Pero entre una cosa y la otra este film me llego al alma. La obra conecta con el espectador porqué es una reflexión sobre la muerte de alguien querido y el grado de aceptación de ella. El trato que le dan al personaje de Simba me parece mucho más adulto pero a la vez más educativo para la "muchachada" que no la lacrimógena sesión que ofrece Bambi (íd., 1942) en ese mismo sentido.
Mención a parte merece la banda sonora de las mejores que ha oído un servidor un su trayectoria vital. Canciones como The circle of life o Can you feel the love tonight cantada por la magnífica voz de Elton John. Y eso que no soporto los musicales!!


Es una obra redonda en su ejecución y culminación, la muerte tratada como debe ser y por fin en Disney no tratan a los niños como si tuvieran problemas cerebrales. No hay ni un minuto deshechable del guión. Quizás es cruel en ciertos pasajes -Muerte de Mufasa- pero es necesario porqué la vida no es de luces de colores como pintan muchos films de la Disney. No se hace cursi ni pastelosa en ningún momento.

Al ser humano siempre nos han gustado los historias épicas y de tragedias, desde la antigua Grecia hasta las salas de cine actuales. La premisa: el héroe ha de vengar la muerte de su padre por parte del malvado tirano con la ayuda de sus -cómicos y peculiares- amigos y los consejos de un maestro espiritual que le guiará para realizar su cometido verdadero. A mi me suena a las grandes historias de siempre desde La Ilíada, pasando por la susodicha Hamlet hasta llegar a la más contemporánea Star Wars (íd, 1977).

Conclusión y escena preferida
Estamos ante la obra magna de los estudios Disney antes de aliarse con la innovadora y exitosa Pixar. Para pequeños y adultos por igual. Las grandes historias de siempre traspasadas al mundo animal.
No me tomen muy en serio quizás me marcó la infancia y exagere sobre el tema pero tras una reciente revisión y en una sala de cine -como mandan los cánones- puedo afirmar que es una obra capital del cine en general y no digamos del de animación. Si aún no han visionado esta obra maestra prepárense para experimentar la alegría, la tristeza y la emoción de Simba y sus devenires. Las consiguientes secuelas de "El rey león" no vale la pena ni nombrarlas porqué son estériles e incongruentes.
La escena de Simba mirando las estrellas y su difunto padre arengándole a cumplir su destino. De una belleza y poesía aplastante.
Calificación: 9'5 sobre 10.




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