miércoles, 25 de agosto de 2010

El dilema (The insider); Compromiso social



Michael Mann alcanza un binomio formado por Heat y El dilema (The insider, 1999) a la altura de muy pocos cineastas actuales. Este film viene a demostrar la contundencia y la clarividencia de un cineasta con las ideas muy claras. Mann alcanza el estatus de gran director con la realización de este soberbio film centrado en las tabacaleras y en los medios de comunicación norteamericanos, que por ende nos repercuten a toda la sociedad.

2 Mundos muy conectados
El film nos presenta dos personajes muy diferenciados. Primero tenemos al personaje interpretado por Pacino que nos muestra un periodista vehemente, veraz y sediento de grandes noticias. Por otro lado, tenemos al Dr.Wigand (interpretado magníficamente por el australiano Crowe) que nos muestra una persona introvertida y directa a la vez. Un esteorotipo del clásico perfil científico. Del despido de este último, de la tabacalera dónde trabajaba, surgirá la relación entre ambos personajes.

Wigand observa casi impotente su carrera inexorable hacia la autodestrucción. Tras ser despedido de Brown & Williamson, las situaciones de acoso hacia su familia (que no tardara mucho en desintegrarse) no se han detenido desde que Lowell Bergman, productor del programa "60 Minutos" le ofreció la oportunidad de explicar ante las cámaras el trabajo al que se dedicaba en su nombrada empresa, una de las tabacaleras mas importantes de la actualidad. Harto de que la situación que la multinacional le ha llevado a vivir, decide participar en dicho programa, denunciando las labores que como químico el llevó a cabo. Wigand y Bergman se verán inmersos en una desigual lucha donde hay mucho por ganar, pero también mucho que perder. Una de las muchas negligencias sobre ese producto de consumo masivo que conlleva nicotina será la principal arma sobre la cual el personaje de Pacino nos lanzará a la caza y captura de los hechos verdaderos.

Viendo este film llegas a sentir repulsión en ciertos momentos por la condición humana. Avaricia, enriquecerse a costa de la salud de millones de otros seres humanos, control de la opinión pública a partir del miedo... Muchos son los factores que influyen en el personaje de Crowe. Claramente definido queda el estrés y la impotencia que demuestra un ser que es ahogado mental, fisica y económicamente hasta llegar al borde del precipicio. El enfrentamiento entre el científico y la tabacalera no dista mucho del mundo periodístico y el productor del Programa 60 minutos de la CBS (Pacino). Uno hace negocio con la salud y el otro hace lo propio con la información. Ambos juegan sus cartas y lo hacen siguiendo las mejores estrategias de mercado capitalista.
Porqué en eso reside la esencia del film. Los hechos cuando más realistas sean más daño harán a los negocios. Por tanto el realismo queda fuera del llamado "periodismo serio". Cuando un hombre puede perder su familia, su estatus económico y posición social por defender a los intereses de la salud pública, del bienestar general, es que algo falla. El personaje de Crowe llega al límite; es un ser humano con sus limitaciones.

El binomio que comparten en cartel Pacino y Crowe inunda la pantalla. Se conjuntan perfectamente desde la primera escena en la que coinciden y muestran una complicidad inusual. Pacino está en uno de sus papeles más comedidos en un actor a veces dado a la sobreactuación.
Crowe en el mejor papel de su vida nos muestra una actuación sobria y que tendría que figurar en los manuales de interpretación. Hay momentos en que un sola mueca de su cara sobrecoge al más estoico.

 
El fin justifica los medios

Eso es lo que debe pensar el personaje de Pacino. Todo el entramado que ha de realizar para abrirse paso y poder publicar su historia. La prensa libre no existe. Eso es algo que también deja claro explícitamente el film. Los medios de comunicación distribuidos por grandes conglomerados controlan el flujo de información. En definitiva nos llega la información que algunos quieren para su beneficio o interés. El boicot desde dentro es la estratagema que se vale nuestro protagonista periodista para que el programa tire adelante. La verdad ha de salir a la luz. Si algo nos enseñó un film como el de Ciudadano Kane, (Citizen Kane, 1941) es que la prensa es el Cuarto Poder. Los medios de comunicación pueden derrocar gobiernos, arruinar empresas, ensalzar personalidades, globalizar ideas y costumbres; en definitiva mover masas y remover conciencias.

El film muestra como un periodismo radical sería necesario para que los hechos y las injusticias de esta nuestra sociedad saliesen a la luz. Con que solo un hombre resista, luego muchos más podrán seguirle y tomarle como ejemplo. Ese es el Dr.Wigand. Un titán que lucha contra los elementos y las circunstancias. Aunque finalmente pierda y acabe enseñando en un colegio de secundaria y Bergman acabe dimitiendo -porqué cree que su palabra ha perdido fiabilidad-; nos demuestra en estos días que corren que no son tiempos para personas honestas y verdaderas, pero que los hechos los amparan.

La película proviene de la adaptación de un artículo publicado por la revista Vanity Fair llamado The Men who knew too much (El hombre que sabía demasiado, curioso e irónico el título). Michael Mann junto con el prestigioso guionista Eric Roth (autor de libretos como El curioso caso de Benjamin Button o El buen pastor) realiza una digna tarea de escritura de guión. Un film que va en crescendo a cada minuto que transcurre; denota una calidad mayestática.
El film estuvo nominado a 7 estatuillas, entre ellas mejor film, director y actor (Crowe). No ganó en ninguna sección. La fotografía de Dante Spinotti -ya trabajó a las órdenes de Mann en Heat (id, 1995)- es sublime y mantiene unas sombras y unas tonalidades muy bien trabajadas. Es difícil pensar que uno de los mejores films de la década de los 90 se fuera de vacío pero así de crueles son estos premios que dejaron sin estatuilla a maestros del calibre de Hitchcock, Chaplin o David Lynch. También es justo decir que 1999 fue un buen año de cine y con grandes joyas del celuloide. Ahí quedan El sexto sentido (The sixth sense), Magnolia (id.) o la gran triunfadora American Beauty (id.).

Conclusión

Es un film pausado que no se hace largo para nada que va desenterrando minuciosamente los pormenores de la investigación periodística pero contando con el prisma del informador como bien nos indica su título original. Michael Mann se vale de su experiencia en el thriller para insuflarle a una película de tan extenso metraje un ritmo que nunca decae, que solo se confirma según avanza.
Los diferentes dilemas morales en los cuales se enfrentan los protagonistas son tratados sin ambajes y de forma clara y concisa. Un film mayúsculo para un director de los importantes. Solo por su aportación  al cine en los 90, Mann ya puede ser considerado uno de los grandes del celuloide.
Como dijo el poeta: El mundo es un asco pero vale la pena luchar por él.
Calificación del film: 9/10.

Anteriores post sobre el ciclo Mann:
- http://film-adicto.blogspot.com/2010/01/inicios.html
- http://film-adicto.blogspot.com/2010/05/irregularidad.html
- http://film-adicto.blogspot.com/2010/01/el-escalon-cualitativo.html
- http://film-adicto.blogspot.com/2010/05/cumbre.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario