Llegamos a la recta final del especial de Michael Mann. En 2004, el oriundo de Chicago nos trae Collateral, este frío y intimista thriller que sucede casi en su totalidad en un mismo espacio: la cabina de un taxi.
Después de Heat (id., 1995) y El dilema (The insider, 1999), Mann realiza el cierre que conforma su tríptico sobre la jungla de asfalto. Su estilo encuentra vida e imágenes en esta obra que se confirma como uno de los mejores narradores del cine y el mejor retratista de la noche en la urbe.
El taxista y el asesino
Para los desconocedores del film descuiden que no voy a destriparles la pelicula pero si voy a contar los puntos fuertes. He aquí su argumento: Max (Jamie Foxx) lleva doce años detrás del volante de su taxi en Los Ángeles y está curado de espantos. Las caras pasan por el retrovisor, la gente y los lugares entran y salen de su vida. Pero una noche, se ve obligado a llevar como pasajero a un asesino a sueldo (Tom Cruise) que está cumpliendo un encargo.
En Mann, clasicismo y modernidad se dan la mano para conformar el estilo de thriller contemporáneo que muchos intentan imitar pero pocos -entre ellos este cineasta- pueden realizar con éxito. La odisea de nuestros dos protagonistas diverge en una difícil situación. Esas situaciones que sólo el cine puede dar. Un recorrido por la noche de la ciudad de Los Ángeles bajo el prisma de un taxi; como hizo el genio de Martin Scorsese (Taxi Driver, 1977) con su particular visión de la noche neoyorquina.
La historia de un asesino a sueldo, encargado de eliminar a los testigos de un importante caso, y que alquila por una noche los servicios de un taxista que le acompañará en su misión, está llena de detalles de que van más allá de su sencilla premisa argumental, la cual, a simple vista, parece que no puede dar mucho de sí. Pero Collateral sorprende por muchos y diversos factores. Tenemos una dupla actoral perfectamente compenetrada en Tom Cruise, en su primer papel antagonista de verdad -no incluyo a Lestat como malvado- y Jamie Foxx. Este último realiza un papel bastante comedido pese a ser un actor no muy destacado; le valió la nominación al Oscar como secundario. En el siguiente nivel tenemos a Cruise que realiza uno de sus mejores papeles de siempre, sorprendiendo a propios y extraños se tiñó el cabello de blanco y dejo a un lado su imagen de chico guapo de América para realizar este meticuloso, frío e infalible asesino a sueldo. La gran sorpresa del film sobremanera.
Estos dos representan dos caras de la misma moneda: gente solitaria, triste y que tiene sus frustaciones provocadas en gran parte por la impersonalización de la vida urbana.
El film tiene un fino lirismo sobretodo en las imágenes que transcurren dentro del taxi. Entre conversación y conversación de ambos personajes surge la noche. Esa bella y habitual compañera durante nuestra existencia. Los constantes reminiscencias al individualismo y al nihilismo hace que algunos argumenten cierta autocomplacencia o pretensiones desmesuradas del director; no comparto esa opinión.
La banda sonora es sublime, incluso me atrevería a decir que la mejor de las obras del cineasta. A cargo de James Newton Howard -habitual en los films de Shyamalan-, en cada ambiente aplica un género diferente que enriquece la escenografía y la implicación de la historia con el espectador.
Esta road-movie urbana nos muestra dos seres humanos que sobreviven en la ciudad como coyotes, cada cual a su manera.
Pocas veces un film ha retratado mejor la noche, pero Mann es un especialista en la materia. Esta obra tiene más similitudes de las que creemos con Heat o Ladrón (Thief, 1981). La noche en la gran ciudad, soledad, el individualismo como marco de la urbe. Personajes atrapados en la noche de la ciudad que sobreviven para existir simplemente. Eso es Collateral.
El cineasta siempre rueda temas similares pero varían las formas -léase su obsesión con las cámaras digitales- porqué el fondo surje constantemente en su filmografía.
Conclusión y escena favorita
La escena del bar de jazz es impresionante. Uno no se espera lo que sucederá en cualquier momento. El tempo y la planificación de la misma es sublime.
El director expone los thriller porqué tienen significado al igual que John Carpenter hace el terror o Hitchcock la intriga o John Ford los wésterns. Cine de corte clásico enmarcado en la actualidad.
El último gran film de Mann. Seguimos esperando...
Calificación: 8 sobre 10.
Anteriores post sobre el ciclo Mann:
- http://film-adicto.blogspot.com/2010/01/inicios.html
- http://film-adicto.blogspot.com/2010/05/irregularidad.html
- http://film-adicto.blogspot.com/2010/01/el-escalon-cualitativo.html
- http://film-adicto.blogspot.com/2010/05/cumbre.html
- http://film-adicto.blogspot.com/2010/08/el-dilema-insider.html
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